miércoles, 21 de julio de 2010

Inconsciente

Prefiero dormir sin saber que no sé nada de ti.

Es más fácil soñar dormida,
a vivir soñando.
Es mejor ignorar mil horas,
a ser consciente de eternos minutos.

Prefiero dormir sin saber si volviste,
porque así me habrás extrañado.
Habré sido un amor inolvidable,
un sentimiento de culpa.

Dormiré sin haber oído tu voz,
sin haber sentido tu piel.
Domriré para olvidarte,
mas no para que me olvides.

Prefiero ya no esperarte,
dormir siendo tu amante.
Prefiero dormir y no saber nada,
a saber que no volviste.

viernes, 12 de febrero de 2010

Máscara

Nos encontrábamos en un rincón, color negro infernal.
Me dirigiste la mirada, me tomaste de la cara.
Y las lágrimas que resbalaban por mis mejillas eran más cálidas que el momento.

Tu aliento se escapaba por el alma, enfurecido por la rabia.
Un minuto se contó con palabras.
Pero no recuerdo mucho...
Sólo los murmullos.

Alcé la cara, las manos temblorosas.
Miedo palpable, sonido intocable.
Antifaces con destellos grises,
Personajes de mil mitos:
Los protagonistas de la noche.

Dejaste la máscara a un lado.
Significó mi llanto incontrolable.
Tu ira indesafiable, mi razón reveladora.

Te lo pedí escandalosamente.
Desgarrando la garganta:
Sigue fingiendo, sé alguien más...

Preguntas surgieron de la nada,
comenzó la furia descontrolada.
Las relaciones de tu boca con cuestionamientos.
Mi llanto inseguro rozaba el arrepentimiento.

Recuerdos de un ser asediaban mi mente.
De llantos inconsolables, nostalgia verdadera.
De momentos placenteros y placeres momentaneos.

El juego fue mi realidad.
Construí mi mundo con la fatalidad.

Y ese recuerdo...
Y ese ser...
Era aquel que realmente amaba.
Del que dibujaría su silueta con deseos.

Sin la máscara, mi vida...
Serías tú...
Ese ser, al que más extrañaría.

miércoles, 20 de enero de 2010

Mi paseo.

Iba paso a paso, sin ninguna intención y sin objetivos. Hacía cuentas, me preocupaban los números, me sentí algo mareada, el dolor: insoportable; sentía que me desplomaría, que se me doblarían las rodillas debilmente y despertaría atónita sin saber qué pasó. De un momento a otro, sin saber cómo sucedió, comencé a pensar sobre mi muerte a la ligera, era humor negro o conmovedora a veces, pensé mil formas y otras mil circunstancias, desde una caída al suelo hasta la más maravillosa y heróica batalla por salvar mi palabra. Entonces pasó, algo retumbó en mis oídos y dos barreras invisibles me detuvieron, todo lo que estaba a mi alrededor cayó menos yo. No caí. No yacía muerta en el pavimento.

Así fue como empecé mi relato mental, y comencé a pensar para mí sin darme cuenta, hasta que descubrí que me estaba narrando historias y relataba cada paso de mi trayectoria. Permanecía en un estado neutro, en una seriedad impecable. Daba un paso más orientado a la derecha de vez en cuando y vi mis pies, dándome cuenta de todo lo que dejé atrás y lo que aun faltaba.

Empezó a ser el viaje más largo de mi vida, pero era como si quisiera permancer allí por siempre: en mis pensamientos. El sol brillaba con fuerza pero existía esa sombra y esa brisa reconfortante, un día bueno sin lugar a dudas. Recuerdo cómo planeaba escribir estas palabras desde que el primer pensamiento se cruzó por mi mente, el primer pensamiento del que me diera cuenta, claro.

En mi mente recorría todo tipo de temas, y era como pasar las hojas de un libro. Mi relato empezó a hacerse ridículo y fabricado por un tiempo, fue entonces cuando me dediqué a observar, a oler, a escuchar; así empecé a analizar cada objeto de mi alrededor y pensaba que yo estaba dentro de una coraza omnipotente, podía narrar lo que me propusiera sin conocimiento alguno, podía verme a mí misma como un objeto y pensar que podría ser una persona diferente cuando quisiera durante el camino. Sonreía a algúnos, a otros simplemente les dirigía una mirada pero a la mayoría les mostraba mi lado seco y frío e ignoraba su existencia como ellos la mia.

Era mucha palabrería enjaulada y todavía faltan muchas cosas que decir y las recuerdo pero esas ideas perderán sentido si no son narradas con exactitud...

Tal vez llegue el día del regreso.

sábado, 19 de septiembre de 2009

Extraño amarte de perfecta manera,
ser tu admiradora,
ser tu compañera.

Extraño conocer la palma de tu mano,
tus manías, tus obsesiones;
extraño tu locura, tus maneras,
tus tantas supersticiones.

Extraño tus caricias,
pero más añoro tus razones.

Extraño amarnos diario,
extraño extrañarte tanto.
Extraño no desconocerte,
ser tu amiga, tu confidente.

Te extraño, extraño,
espero vuelvas pronto,
espero verte siempre,
ansío conocerte...

Fue de ayer tu risa,
es de mañana el engaño.

viernes, 19 de junio de 2009

Soy la Noche

Contar historias con banquetas...
Dibujar paisajes con leyendas.
Si existe un reflejo en la acera,
o si se alumbran los secretos:
apaguen las luces,
enciendan los sueños...
Porque son ellos los amantes.

Cuando las sombras son amigas
y las siluetas son amorfas,
deja que te acaricie,
deja que solloce.
Deja que lo haga.
Porque la noche es gentil al no cegarnos con la luz del día.

No es nueva aquella luna que renace,
es aquella que nos obliga a hacerlo primero.
Si las estrellas nos engañan:
que brillen y que bailen...
Que sean recuerdos.

Soy la noche...
Soy la noche porque al fin cuando la obscuridad domina...
Me encuentro en ella.

sábado, 25 de abril de 2009

Siempre se ha dicho...

Siempre se ha dicho que las cosas pasan por algo.
Desde el devoto del destino hasta el fanático religioso.
En lo personal me gusta pensar que las cosas son de una manera por algo, desde el aspecto físico hasta el espiritual: el oso tiene pelo para resguardarse del frío, el humano tiene conciencia para arrepentirse. No es que me haga de los rumbos milagrosos del destino, pero las coincidencias tienen más sazón si se unen de manera consecuente.
Me agrada pensar que las cosas son hoy de esta forma para que mañana podamos reír o llorar y decir: con razón. No digo que cada quién tenga ya el camino pavimentado con colores y pedrería patronados, hay variaciones de trechos, cada quién desafía al arroyo o a la montaña a su gusto, pero al fin y al cabo, esas decisiones construyeron nuestros cimientos, muros y tejados.
Mi ideología es encontrar mis razones de hacer las cosas para que en un futuro no tema de explicar mis acciones, y pueda resultar inocente ante cualquier legado de moral... moral con respecto a no perder mi dignidad y doblarme por otros pensamientos que no me corresponden. Prefiero decir que decicí las cosas porque para mí están bien porque me siento bien con ellas, es importante la comodidad ante el mar de opiniones, al menos una comodidad falsa: es como un cordero vestido de lobo (es tiempo de invertir la fábula).
Es mi opinión, y es mi forma de encarar las responsabilidades espontaneas. Mi concepto de uniones lógicas se puede deber a una falta de responsabilidad, no sé... pero me agrada, y si está mal, bueno, algún día lo sabré y por algo será.
Perdon por la tardanza, pero al fin encontré otra vez mi punto de partida.
Nos leemos.

martes, 17 de marzo de 2009

Poesía

Fue entonces que recé por algo de poesía...
Y apareciste tú